Bruce Lee, gigante de las artes marciales e ícono pop ineludible, debe su masivo reconocimiento no solo a su aparición en películas de Hollywood que ya son clásicos del género, sino también a la filosofía que desarrolló y aplicó en su vida y su carrera. Varias generaciones, quizá fascinadas en un comienzo por su increíble habilidad física, han encontrado luego en sus enseñanzas y en su modo de afrontar la vida una figura fundamental. Estos poemas, escritos en su juventud, dan cuenta de ese lado de Lee, alejado de las cámaras y sumido en la contemplación.

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Dragón dorado reúne por primera vez estos poemas en un libro independiente. Su traducción, a cargo del poeta Maximiliano Andrade, es también la primera en nuestro idioma y rescata el imaginario de Lee, situado entre la filosofía oriental y el ritmo frenético de la cultura estadounidense.