Indigno de ser humano es un clásico de la literatura japonesa contemporánea. Cuenta la historia del declive de Yozo, un joven estudiante de provincia que se entrega a una vida de excesos en Tokio. Repudiado por su familia tras un intento de suicidio e incapaz de vivir en armonía con sus semejantes, Yozo sobrevive como dibujante de manga, aunque es mantenido principalmente por mujeres que se enamoran de él pese a su alcoholismo y adicción a la morfina. Consciente de su espíritu decadente, Yozo narra en primera persona su destino trágico mientras se ríe de su propia desgracia.
Osamu Dazai, considerado un enfant terrible a la vez que un genio en Japón, incorporó algunos episodios de su vida en la novela, por lo que se suele considerar autobiográfica. De su vida, y en particular de Indigno de ser humano, se han realizado varias adaptaciones al cine y la televisión, incluyendo dos adaptaciones a manga llevadas a cabo por Junji Ito y Usamaru Furuya. Desde su publicación en 1948, la novela se ha vuelto uno de los libros más populares de la literatura japonesa, y es el segundo libro nipón más leído en su país, superado únicamente por Kokoro de Natsume Soseki.
Indigno de ser humano - Osamu Dazai
Osamu Dazai (Kanagi, 1909 - Tokio, 1948) es uno de los escritores más queridos e influyentes de Japón. Décimo hijo de una familia acomodada de terratenientes, estudió literatura francesa en la Universidad de Tokio, aunque se jactaba de no haber asistido jamás a clase. Su padre lo desheredó al enterarse de su relación con una geisha de bajo rango. Militó en el movimiento comunista japonés, motivo por el cual fue encarcelado y torturado por el régimen militar, lo que le distanció del resto de su familia.
Fue candidato al Premio Akutagawa en 1935 y 1936, con lo que comenzó a ser reconocido por el público y la crítica. Sus problemas personales, sumados a su adicción a la morfina y al alcohol, y a la muerte de su ídolo Ryunosuke Akutagawa, lo llevaron a intentar quitarse la vida, junto con sus parejas, cuatro veces. Alcanzaría el éxito al finalizar la segunda guerra mundial con la publicación de El ocaso e Indigno de ser humano.
En 1948, pocos meses después de la publicación de Indigno de ser humano, y una semana antes de cumplir treinta y nueve años, logró suicidarse junto a una admiradora arrojándose al río Tama, en Tokio. Su tumba, en el templo Zenrin-ji, es visitada por cientos de seguidores de todo el mundo, quienes le dejan flores, cigarros, dulces y alcohol.